He pasado unos días en una isla declarada reserva de la biosfera. Conviven bellas playas de arena blanca con dunas hasta la orilla, un mar limpio provisto de una gama rica de azules…. a la par que innumerables esqueletos de promociones inmobiliarias fallidas, seguramente varadas por la crisis que comenzó hace mas de cuatro años. Ejemplifica maravillosamente el fracaso de un modelo de crecimiento económico que primo el corto plazo, la cantidad, y el uso masivo de mano de obra poco cualificada. Es lo que teníamos cuando crecíamos al cuatro por ciento y éramos mirados por otros con envidia no exenta de cinismo incrédulo.  Todos conocíamos que era efímero, que carecía de solidez, que era una ficción. Pasar a otro modelo de crecimiento económico basado en el medio-largo plazo, en la calidad de unos servicios que sean comprados, y sustentados en el talento, en jóvenes bien educados (que no se vayan empujados por la falta de oportunidades), en profesionales cualificados,…es algo que no se puede improvisar de un día para otro. Hemos perdido años vitales, no nos hemos posicionado decididamente como país en ningún sector que nos haga más competitivos. Corremos el riesgo de que los mercados nos señalen como país que camina inexorablemente a la precarización del capital humano como única vía para ser más competitivos, aunque no están ayudando las exportaciones.  Sin embargo, creo en la resilencia (crecer en la adversidad) que hemos mostrado en el pasado.

Hay claramente sectores en los podemos sacar la cabeza. El de las ciencias de la vida es uno de ellos. Las compañías farmacéuticas y de tecnologías sanitarias al tener productos que no se compran discrecionalmente ya que solo se consumen tras prescripción, son instituciones que están aguantando mejor la dureza de la crisis. A nadie se le escapa que si nuestra sanidad pública contara con pacientes que hicieran un uso responsable de los recursos, profesionales preocupados por la efectividad que ejercieran de líderes autónomos y gestores con órganos de gobierno efectivos en hospitales y centros de salud, su eficiencia seria mayor y menos susceptible de ser sometida a recortes.

Entendemos que pueden ser muchas las actividades generadoras de riqueza generando modelos creativos e innovadores de hacer las cosas de manera distinta. Por ejemplo, formar profesionales y gestores sanitarios para mercados emergentes que carecen recursos humanos cualificados y muchos de ellos son de habla hispana. Acompañar en experiencias de cambio y reforma de la gestión de los servicios sanitarios y trasladar casos de éxito (trasplantes). Ofrecer entornos proclives (hospitales) para la ejecución de ensayos clínicos y estudios observacionales del mejor nivel.

Ante los riesgos de recesión en el área euro, de crisis de deudas soberanas y demás amenazas, hay que reaccionar con rapidez.  Afortunadamente, observamos ciudadanos cada vez mas preocupados pero inquietos, conscientes de que hay que ser audaces y acometer proyectos de alto valor.

Por último, los cambios de actitudes de reactivas a proactivas, llevarán a reformas de las estructuras obsoletas, a despolitizar servicios públicos, y a priorizar en lo esencial. Esperemos que sea así…

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