El pasado 24 de abril organizamos un encuentro sobre Red de Evaluación de Tecnologías Sanitarias promovido por Fenin que coincidió con la publicación esa misma mañana a las 8 am en el BOE del RDL 16/2012. Los representantes de los ministerios con competencias en la materia, sanidad y economía, nos hablaron de los mimbres de esta nueva red de agencias de ETS en España y del racional que existe detrás de las medidas urgentes para mejorar la calidad y la seguridad de las prestaciones del SNS. En la sala la novedad era enfrentada rápidamente con un sano escepticismo por parte de muchos de los asistentes. No en vano, a finales del año pasado la Asociación de Economía de la Salud hacía público un documento de debate elaborado por un grupo de socios en el que se urgía a la creación del “HISPANICE”, una “Agencia Evaluadora de ámbito estatal con autonomía y distanciada de los Gobiernos central y autonómicos”. La “Red de Agencias” acordada en el seno del Consejo Interterritorial del SNS de finales de febrero de 2012 fue presentada, sin embargo, como la red “que vendría a sustituir la creación de un HispaNice”. Sin duda, por lo que trascendió en la mencionada reunión, el planteamiento acordado parece diferir de la realidad que encarna el NICE, una institución independiente en un sentido amplio con su gran complejidad, como corresponde a un organismo público con una plantilla de cerca de 300 miembros y un presupuesto anual que ronda los 32 millones de libras. Su nacimiento, en abril de 1999, formó parte de la serie de cambios estructurales en el SNS para Inglaterra y Gales propuestos en el libro blanco del recién elegido gobierno laborista. La motivación principal para crear el NICE fue la de aminorar las variaciones geográficas en la adopción de nuevas tecnologías, para así evitar lo que se ha calificado como “racionamiento basado en el código postal”. El desasosiego por la situación actual en nuestro país, unido a la necesidad de deliberar en democracia, empuja a la Asociación Española de Evaluación de Tecnologías Sanitarias a promover un debate el próximo 25 de abril en el marco de la 9th HTAI en Bilbao, al que todos los que tengáis interés por el tema: ¿Necesita España un NICE?, estáis invitados.

La creación de una red no significa que no sea un paso valioso apostar de una vez por todas por una coordinación efectiva, con criterios uniformes, de la pléyade de agencias y organismos de evaluación de tecnologías sanitarias dispersas por el territorio nacional. La autonomía y el rigor esperados de la “entidad única” a la que se aspira, puede asegurarse imitando algunas de las prácticas del NICE: participación de grupos académicos y de investigación aplicada sobre los que recaiga el peso de la revisión y el análisis de la evidencia, fijación de estándares metodológicos exigentes que “señalicen” adecuadamente la calidad esperable de la información suministrada por las compañías que presentan nuevas tecnologías, fijación de un umbral de coste por Año de Vida ajustado por Calidad (AVAC) basado en los estudios empíricos efectuados en España, al tiempo que se investiga en la identificación del coste de oportunidad del uso alternativo de los recursos sanitarios. Además, se precisa de la articulación de mecanismos que faciliten la aplicación de las recomendaciones adoptadas. Para empezar, elevar a vinculante las decisiones resultantes de la red. De lo contrario, el riesgo de que la evaluación sanitaria y la económica en particular, sigan sin influir en las decisiones de cobertura publica (cartera básica, principalmente) del SNS español será enorme y puede que inasumible en una situación de crisis como la que padecemos y con una duración todavía tan incierta.

Un comentario sobre “A vueltas con el HISPANICE

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