El SNS, pilar básico del estado del bienestar, está siendo abandonado por parte de la población, hasta un 36% de la ciudadanía dispone de doble aseguramiento en alguna Comunidad Autónoma como Madrid. Ese crecimiento de los seguros sanitarios privados ha tenido un aumento muy considerable durante la pandemia con un protagonismo creciente de las propuestas “low-cost”.

Son diversas las causas de este fenómeno, pero vienen a reflejar un desapego y un desencanto hacia lo público, explicable por sus problemas de infrafinanciación, listas de espera, profesionales desmotivados, puerta de entrada que no funciona adecuadamente, parque tecnológico obsoleto, horarios que no cuentan con las necesidades de los usuarios, organizaciones y profesionales en ocasiones poco amables. Por el contrario, aseguradoras y prestadores privados ofrecen pólizas con precios atemperados, tecnología digital, trato amable, instalaciones modernas con tecnología punta incorporada, profesionales incentivados, etcétera. Pues bien, todas ellas generan frustración entre los usuarios de lo público, que al no canalizarse oportunamente lleva a la diáspora tan pronto los usuarios tienen capacidad adquisitiva. Y no deja de ser una mala noticia pues volveremos a una sanidad para menesterosos y otra para los demás. Nos lleva a situaciones pretéritas olvidadas.

No sé con certeza si la Ley de equidad en tramitación, es más un ejercicio de buenismo con una cierta bunkerización de lo público, que no afronta de lleno el problema básico de todos los sistemas nacionales de salud: las listas de espera (LE) con tiempos, en España, muy prolongados, y que, además, han crecido con la pandemia. Más presupuesto, cambios organizativos, más inversión en tecnologías, son asuntos inaplazables. Sin embargo, para aminorar rápidamente las listas que ponen más en peligro ponen la salud de los pacientes en espera, no le vendría mal una colaboración público-privada (CPP) más decidida, así como una aceleración de la imprescindible transformación digital del sector con un liderazgo desde la sanidad pública.

Ese liderazgo de la transformación digital junto con la potenciación de la CPP (con reglas del juego claras, plazos, obligaciones, derechos, etc.), son soluciones de fácil implementación si existe determinación y compromiso político, y permitirán amortiguar la salida a la privada, y que no nos veamos en 10 años con un 40% de españoles que, por desafecto, y mayor seguridad y comodidad, compran una póliza a un asegurador privado.

Un comentario sobre “El desencanto con el Sistema Nacional de Salud (SNS)

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