Desde hace varias décadas, a partir de la reforma de la atención primaria de los años 80 inspirada en la declaración de Alma-Ata de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los sistemas sanitarios de todo el mundo y, muy especialmente los que tienen modelo servicio nacional de salud, han intentado reforzar el papel de la atención primaria, que sigue erigiéndose como su puerta de entrada, el primer nivel de atención a las personas y con la vocación de resolver los problemas de salud más frecuentes. Su longitudinalidad intrínseca requiere de una fluida coordinación con el cuidado hospitalario (seguimiento de altas) y residencial (atención a la comorbilidad de los mayores ingresados).
Mucho se ha hablado y escrito de cómo fortalecerla y reforzarla, pero poco se ha movido hasta el momento. La atención primaria sigue en una situación de estancamiento, con una dotación insuficiente de recursos presupuestarios y profesionales, infraestructuras poco adaptadas y exceso de procesos burocráticos o administrativos. A todo ello, se le suma la escasa motivación en la elección de las plazas MIR de Medicina Familiar y Comunitaria. También las jubilaciones inminentes y la dramática situación en el medio rural de muchas CCAA. La pandemia no ha hecho más que acentuar esta situación.
La Atención Primaria es el baluarte del sistema sanitario español. La necesidad de reforzarla constituye uno de los retos más imperantes que ha de afrontar nuestro país en los próximos años.
Los hitos que marcarán el fortalecimiento de la Atención Primaria consisten en ser capaces de adelantarse a la enfermedad, mejorar su control, vivir más y mejor, potenciar la equidad en el acceso a la salud y profundizar en la eficiencia y sostenibilidad del sistema sanitario.
Para lo cual, será necesario: impulsar la capacidad de la Atención Primaria de vertebrar el sistema sanitario a través de su rol como “agente de salud del paciente”. También desarrollar una personalización de la Atención Primaria colocando al paciente en el centro del sistema. Profundizar en el diseño, ejecución y evaluación de indicadores de resultados en salud es clave, además de establecer una gestión del talento estable y de calidad con un uso de las nuevas tecnologías en beneficio del paciente y de la medición de resultados en salud que asegure la eficiencia en la asignación de los recursos que compiten con el otro nivel asistencial.
Por todo ello, en este X Congreso de Gestión Clínica organizado por la Fundación Gaspar Casal en colaboración con la Conselleria de Salut i Consum del Govern de les Illes Balears queremos elaborar una hoja de ruta con recomendaciones que permitan convertir el deseo en realidad, y así contribuir al fortalecimiento de la atención primaria, pilar ineludible de nuestro Sistema Nacional de Salud.